Principales cuencas hidrológicas se perderían en 20 años: Oswald El valle de Puebla corre el riesgo de perder por desecación la cuenca del río Balsas, que irriga a 127 municipios y que tiene como afluente en el estado a varios sistemas hidrológicos, es por ello que la sociedad civil tiene la obligación de tomar el control de las acciones encaminadas a detener el deterioro ambiental, afirmó en entrevista Ursula Oswald Spring, investigadora del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
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La Jornada de Oriente
2006-10-06 8:00 am

El río Balsas es la cuenca hidrológica más importante de la vertiente del Pacífico mexicano. Su disponibilidad total anual de aguas superficiales se estima en 24 mil 484 millones de metros cúbicos de escurrimientos vírgenes y retornos.

La cuenca se divide en tres subregiones hidrológicas principales: cuenca de los ríos Atoyac y Mixteco o del Alto Balsas, que se subdivide en siete subcuencas: las Cerradas Orientales, Alto Atoyac, Bajo Atoyac, Nexapa, Amacuzac, Tlapaneco y Mixteco; cuenca del río Cutzamala y del Medio Balsas y cuenca del Bajo Balsas, que se subdivide, a su vez, en cinco subcuencas: Tepalcatepec, Cerrada Paracho-Nahuatzen, Cupatitzio, Tacámbaro y Bajo Balsas.

Todo esto, dos cuencas más –la del río Lerma y la del río Pánuco–, así como también los ríos Colorado y Bravo, en el norte del país, corren el riesgo de desaparecer en un periodo no mayor a 20 años, por el cambio climatológico que vive el mundo, aseguró la investigadora y académica de la UNAM, luego de su ponencia magistral en el primer encuentro multidisciplinario de especialistas en análisis de riesgos en México, que se lleva a cabo en las instalaciones de la Universidad de las Américas (UDLA).

Para la también autora de varios libros sobre la materia, el cambio climático será una de las principales consecuencias del problema, pues se calcula que en estas cuencas la temperatura aumentará en 3.7 grados centígrados, transformando el ambiente de la región.

Los efectos del cambio climático ya se están viviendo con intensidad, asegura Oswald Spring, y puntualiza: “En Chihuahua llevan 15 años con sequía. Nuestros acuíferos están ya en un nivel de no recuperabilidad y ni siquiera las vedas impiden que se sigan sobreexplotando, gracias a la corrupción de algunos funcionarios. En Tlaxcala descubrimos un pozo clandestino propiedad de un ex gobernador y así, todo es real.

“Pero también entran las grandes empresas. Coca-Cola está extrayendo agua en cantidades industriales para venderla. Compran el agua por metro cúbico y la venden en botellitas. Éste es un problema donde la economía no funciona con la parte ambiental, pero donde hay también una cuestión muy seria de organización social; como hemos tenido un sistema autoritario desde los tiempos prehispánicos hasta la actualidad, la participación ciudadana no se ha dado orgánicamente, integralmente, como en otras partes”.

Para la investigadora, las posibilidades de que por lo menos cinco ríos en México se desecaran en menos de 20 años son altas, muy altas, “van a secarse y van a afectar todo el altiplano”.

–¿Cuáles son estos ríos?

–Por una parte, el río Colorado y el río Bravo, en la frontera con Estados Unidos, que ya no llega al mar porque está en época de secas. Para el altiplano estamos hablando sobre todo del río Lerma, pero también del Pánuco y del Balsas.

–¿Y qué pasa con la sociedad, por qué no se interesan y generan mecanismos de interacción?

–Creo que, por una parte, hay una política de desinformación conciente. Por un lado los medios no abordan el problema; por el otro, nosotros, los especialistas, somos demasiado científicos a la hora de explicarlo, pero además hay una campaña muy intensa de los EU para minimizar el cambio climático, en negarlo.

“Gran parte del problema también es que siempre tenemos una política de adaptación, jamás de prevención; una vez ahogado el niño se tapa el pozo; lo mismo pasa con los desastres, y todos los desastres son humanamente inducidos. Con un sistema de prevención, de educación y de alerta temprana podemos evitarlos”.

Para la investigadora es muy importante el trabajo de la sociedad civil, por ello sugiere la creación de un sistema “integrado por todos los órdenes de gobierno y las diferentes dependencias, pero también con la participación de la sociedad, donde lleve la línea de las acciones”.

Sitio Web (URL) http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2006/10/06/puebla/ecl102.php

Autor(es) Ernesto Aroche Aguilar

Otras Palabras Clave cuencas hidrológicas, río Balsas, disponibilidad, escasez
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